fbpx

Hola:

¿Es la intuición una facultad en desuso por nuestra generación?

La intuición es una capacidad que puede desarrollarse y estimularse para trabajar en nuestro beneficio.

Entérate en este interesante artículo cómo puedes establecer una comunicación permanente con tu mente intuitiva, por medio de una sencilla pero eficaz práctica.

¡Quién sabe controlar su mente… puede manejar su destino!

Hasta la próxima, les deseo mucho éxito y que encuentren la felicidad y prosperidad en todo lo que emprendan.

Saludos

Jaime Borbolla

Intuición: la poderosa aliada que olvidamos

Acabábamos de regresar de nuestro viaje a Estados Unidos cuando, mientras nos acercábamos a casa, una inquietante sensación de malestar crecía en mí. Tenía la extraña certeza de que algo malo había sucedido. Sin embargo, decidí guardar esta inquietud para mí, evitando angustiar a mi familia.

Y así fue, al abrir la puerta, pude notar que faltaba el equipo de sonido, una computadora y otras pertenencias de valor. Al subir las escaleras, encontré la ventana de la habitación rota; se habían llevado la televisión y una laptop. Los armarios estaban revueltos, la ropa tirada por todas partes. En pocas palabras, habían arrasado con todo lo que tenía algún valor.

No fue la primera vez que experimenté este tipo de presentimiento que se cumplía. Supongo que a la mayoría de las personas les ha ocurrido lo mismo. Algunos son más sensibles que otros a este fenómeno, pero todos nos vemos afectados de alguna manera.

Hemos experimentado el rechazo o la atracción hacia algo, una situación o una persona, sin saber exactamente por qué, solo para después comprobar que nuestro instinto estaba en lo correcto.

Es común que cuando estamos a punto de tomar una decisión, recibamos una primera impresión a favor o en contra. Luego, la racionalizamos y, si no coincide con lo que queremos, la adaptamos convenientemente, sin prestar atención a ese primer impulso.

Un ejemplo clásico es cuando recibimos una oferta de trabajo tentadora y, a pesar de que nuestra intuición nos dice que no la aceptemos, terminamos justificándola y aceptándola, solo para descubrir más tarde que nuestra intuición inicial nos advertía de que no era lo que nos convenía.

Las mujeres poseen una sensibilidad muy desarrollada para percibir tanto situaciones positivas como negativas. Cuántas veces nos han advertido sobre personas o actividades con las que no deberíamos relacionarnos, y luego debemos soportar resignadamente un «Te lo dije».

Pero ¿por qué deberíamos prestar atención a nuestra intuición o, al menos, considerar sus advertencias antes de tomar una decisión?

La mente funciona en diferentes niveles simultáneamente: el nivel racional en el que normalmente nos desenvolvemos y el subconsciente, donde se almacena la información captada por nuestros sentidos. Estos son solo dos aspectos del proceso intelectual.

El nivel racional representa el pensamiento lógico, analiza e clasifica ideas, información y experiencias.

El subconsciente, en cambio, actúa como una antena que capta y almacena una infinita cantidad de datos. La mayoría de la información que percibimos no se filtra a través de la mente consciente, sino que se integra directamente en nuestro bagaje personal.

A través del subconsciente, detectamos todo tipo de mensajes: aquellos que se manifiestan abierta y obviamente, así como aquellos que captamos de manera subliminal. Este último caso se refiere a las sutiles vibraciones transmitidas por pensamientos, emociones, gestos, expresiones corporales y sentimientos que percibimos sin ser conscientes de ello, pero que nos envían señales, ncluso de manera subliminal, alertándonos sobre situaciones o intenciones positivas o negativas de las personas que nos rodean.

Lamentablemente, hemos dejado de escuchar esa «voz interna» que podría ser tan útil en las diversas situaciones que enfrentamos en nuestra vida diaria. La intuición es una facultad que a menudo olvidamos o descuidamos, pero que podemos desarrollar y aprovechar si nos esforzamos en ello.

Una forma natural de conectar con el pensamiento abstracto y despertar nuestra intuición es a través de la meditación. No es necesario practicar técnicas complejas, sino simplemente calmar la mente, relajar el cuerpo y respirar lenta, rítmica y profundamente. Al hacerlo, eliminamos cualquier tensión muscular que pueda distraernos o alterar nuestro estado mental en ese momento.

La música también puede ser de gran ayuda para alcanzar el estado mental adecuado. Dejarnos llevar por una melodía, especialmente de la música barroca de compositores como Mozart, Vivaldi, Pachelbel, Handel, Bach, entre otros, puede inducirnos a un estado de relajación y estimulación cerebral ideal.

Al principio, es posible que no notemos avances significativos, pero con la práctica constante nos daremos cuenta de mejoras notables en nuestra memoria, creatividad, percepción del entorno, capacidad de comprensión, claridad mental y, por supuesto, nuestra intuición.

Impongámonos la disciplina de escuchar esa «voz interna». Es una guía maravillosa. Prestemos atención a esas primeras sensaciones de agrado o desagrado que experimentamos al enfrentarnos a una situación o persona en particular. Con la experiencia, comprenderemos que estas percepciones espontáneas representan información valiosa para tomar decisiones.

No se trata de actuar siempre impulsivamente, sino de analizar las razones detrás de esas primeras impresiones que nos genera una situación o persona. Estas impresiones iniciales, captadas subliminalmente del entorno que nos rodea, son señales invaluables.

Reflejamos nuestros pensamientos y sentimientos en todos nuestros actos, incluso de manera inconsciente, a través de gestos, expresiones corporales y verbales que no siempre somos conscientes de transmitir, pero que son percibidos por los demás. Nuestra forma de actuar revela nuestras intenciones ocultas, incluso cuando somos hábiles en disimularlas. Siempre serán percibidas por los demás, aunque ellos mismos no sepan por qué nos aceptan o rechazan.

Así como existen subconscientes individuales, también existen subconscientes colectivos que representan el pensamiento de grupos, países, razas y especies. De alguna manera, estamos expuestos a estos patrones de comportamiento predominantes en la comunidad a la que pertenecemos. Si somos sensibles, podremos intuir acontecimientos o situaciones sociales que puedan presentarse en nuestro entorno.

La intuición no es una facultad perdida, sino más bien una capacidad adormecida que podemos despertar y estimular mediante la práctica y la disciplina. Dediquemos un breve momento de nuestro tiempo diario para conectarnos con nuestra mente intuitiva y estemos siempre alerta para escuchar sus mensajes.

En resumen

La intuición es un recurso valioso que nos conecta con nuestra sabiduría interna. Al aprender a confiar en ella, podemos tomar decisiones más acertadas y evitar situaciones desfavorables. No subestimemos la importancia de escuchar nuestra intuición y considerar sus advertencias antes de actuar.

En conclusión, reavivemos nuestra capacidad intuitiva y saquemos provecho de esta facultad olvidada. Al darle la atención que merece, podremos enriquecer nuestra vida diaria, mejorar nuestras relaciones personales y alcanzar un mayor nivel de bienestar. Permitámonos desarrollar un diálogo interno con nuestra intuición y aprendamos a valorar sus mensajes. ¡Descubramos el poder transformador que reside en nuestro interior y dejemos que la intuición nos guíe hacia una vida más plena y satisfactoria!