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El papel de tu vida

Hola:

Me da mucho gusto estar en contacto nuevamente con ustedes y poder comentar este interesante artículo, que estoy seguro nos hará reflexionar profundamente sobre el papel que representamos en el escenario de la vida cada uno de nosotros.

¿Es este un papel que se nos asignó o lo escogimos?

Entérate cómo todos podemos seleccionar el personaje que queremos representar en este gran escenario de nuestra existencia.

¡Quién sabe controlar su mente… puede manejar su destino!

Hasta la próxima, les deseo mucho éxito.

Saludos

Jaime Borbolla



Y tu... ¿Qué papel representas en el escenario de la vida?

 

Hace unos días fuimos a ver la obra «Violinista en el tejado», para quién no la conozca, se trata de una representación de las tradiciones del pueblo judío.

Se desarrolla en una pequeña comunidad donde los actores adoptan diferentes roles, que corresponden a personajes representativos de la vida real.

La casamentera, el rico del pueblo, el idealista, los conservadores que defienden a capa y espada sus tradiciones, los revolucionarios que pretenden cambiar al mundo, los vanguardistas que consideran todo lo que suene a tradicional como obsoleto y ridículo. En esa mezcla de personalidades predominan los mediocres, quienes siguen las normas establecidas por inercia, sin reflexionar, sólo porque así está estipulado, se conforman con lo poco que les da la vida, viven admirando y rindiendo pleitesía a los poderosos pero nunca les pasará por la mente que ellos mismos pudieran destacar, consideran que cada quién nace con ciertas capacidades y limitaciones con las que  vienen equipados y con las que tienen que cargar hasta la tumba.

Reflexionando al respecto, esto sucede en mayor o menor proporción en todos los grupos sociales, se reproducen los mismos caracteres con sus respectivas variantes de acuerdo con las características del medio en que se desenvuelven.

Si observamos nuestro entorno, podremos analizar el papel que desempeñamos nosotros mismos, familiares, amigos, conocidos y demás personalidades de la sociedad.

El personaje que adoptamos solemos caracterizarlo no sólo en actitud, sino con toda su indumentaria. Así, el ejecutivo cuida escrupulosamente la vestimenta y accesorios que lo hacen parecer hombre de negocios, lo mismo sucede con el intelectual o el hippie que se preocupa en escoger cuidadosamente la ropa y demás complementos que le dan esa apariencia de rebeldía en contra de lo convencional.

Al personaje de nuestro rol, lo caracterizamos por dentro y por fuera, en su forma de expresión, apariencia, actitud, pero principalmente lo concebimos y creamos en la mente, hacemos de él un modelo etéreo que se refleja en la realidad. Somos lo que creemos ser.

¿Qué determina el papel que desempeñamos?

Sin duda la actitud mental con que se actúe.


La vida es un gran escenario donde cada quién adopta el papel que quiere desempeñar en la película de su propia existencia.


En esta gran producción caben todo tipo de personajes, mientras unos escogen los roles protagónicos, otros se conforman con actuaciones secundarias o de relleno.


Los actores de primera línea acaparan los créditos principales, se llevan los aplausos y reconocimiento, los demás se diluyen entre el montón, pasan desapercibidos, se conforman con la modesta parte que les «tocó» desarrollar en el guión, no les queda más remedio que contemplar con envidia el éxito de los triunfadores, anhelando y soñando ser igual a ellos, funcionan como marco para el lucimiento de los estelares.


Pero… ¿Qué les impide lograr sus metas? ¡Una sola cosa! Su ACTITUD, nada más.


La imagen y el concepto que tenemos de nosotros mismos, ya sea porque la hemos cultivado o de alguna manera nos la  inculcaron y la aceptamos.


Somos el resultado de lo que pensamos.


La Actitud con que se actúa en las actividades cotidianas hacen la diferencia entre Éxito y Fracaso.


Más vale vivir la experiencia y equivocarse, que no intentarla por temor a fallar.


Si queremos que algo cambie en nuestras vidas, tenemos que intentar algo diferente a lo que hemos hecho sin resultados.

¿Por qué aceptamos papeles secundarios, si podemos ser actores estelares y brillar con luz propia?

Depende total y absolutamente de nosotros.

¿Qué nos impide ser protagonistas en vez de actores de relleno? Nada, absolutamente nada, más que las propias limitaciones que cada quien se imponga.

Todos somos capaces de realizar las metas y objetivos deseados si sabemos cultivar la actitud adecuada y nos atrevemos a hacer cosas diferentes.

El principal freno que impide realizar lo que nos proponemos es el miedo. Miedo a perder lo que tenemos, aunque eso que tenemos no sea lo que necesitamos, pero es mejor algo que nada. Miedo a la crítica, a fracasar, a experimentar algo nuevo o desconocido, aunque ese camino ofrezca amplias posibilidades.

Tal vez una de las cosas que más influye en nuestras decisiones es la opinión de los demás, nos preocupa demasiado el «que dirán», el concepto que puedan tener de nosotros otras personas, aun aquellas que no forman parte del círculo de influencia que nos afecta directamente.

Ese tipo de actitud fomenta una mentalidad mediocre, que nos impide alcanzar metas más importantes. El temor a equivocarnos limita la iniciativa, la creatividad y visión clara de oportunidades. Nos paraliza e impide se manifiesten nuestras capacidades y aflore la verdadera vocación.

Tenemos que actuar de acuerdo con las propias convicciones e intereses, no podemos vivir para satisfacer los  gustos y criterio de los demás, cada quien tiene su propio camino.

¿Qué papel nos gustaría desempeñar en nuestra existencia? ¿Qué queremos ser, hacer y tener?

¿Por qué no empezar a dar los primeros pasos en esa dirección?

Si el papel que desempeñas en la vida no te gusta, CÁMBIALO, ¿Qué te lo impide?

La vida nos ofrece todos los días infinidad de posibilidades, partiendo de la más importante de todas, cualquiera que sea la situación física, económica, social, profesional o intelectual en que nos encontremos, esa grandiosa oportunidad con que amanecemos día con día, es que podemos despertar y vivir una nueva jornada con sus propios retos y  experiencias que esta traerá consigo, situaciones positivas y negativas, que  formarán parte de la preparación que nos impone el director escénico más exigente, la propia existencia.

Prepárate intensamente para el papel que quieres desempeñar y haz de cada representación la mejor actuación de que seas capaz. Actúa para ganar el «Oscar» de tu vida.

Tal como sucede en el escenario, tenemos que aceptar diferentes roles antes de realiza la actuación estelar que nos proyecte a niveles de excelencia.

¿Por qué no empiezas hoy mismo? mañana puede ser tarde.

¿Te conformas con el papel que la vida te dio o quieres representar el tuyo propio, el que tu haz decidido, el que a ti te va mejor que a nadie?

Pues… ¿Qué esperas?

Hoy busca un espacio en tu tiempo, cuando ya nada te inquiete o preocupe, aíslate en un lugar tranquilo donde no te interrumpan. Siéntate cómodamente y relájate física y mentalmente, si te es posible escucha música que estimula el pensamiento y la imaginación, se recomiendan:

  • Pachelbel: Canon en re mayor.
  • Mozart:  Concierto para violín y orquesta no. 4, en re mayor Alegro.
  • Vivaldi:  Las cuatro estaciones: Invierno – Largo

Puedes escuchar cualquier melodía que te estimule y haga sentir bien, pero las que se recomiendan tienen una estructura que armoniza y adapta la función cerebral a estados de conciencia especiales para pensar mejor.

Ahora reflexiona sobre que es lo que más te gustaría ser, hacer y tener. Tal vez en primera instancia eso no te resulte sencillo y necesites más de una sesión para decidir, no importa ya estas en el camino, con la practica irás afinando detalles hasta que tengas un proyecto definido.

Una vez decidas cuál es tu objetivo, manos a la obra, empieza a dar los primeros pasos en esa dirección. No importa que te equivoques, los errores nos enseñan más que los aciertos, porque nos marcan con mayor énfasis lo que no se debe hacer.

No permitas que los fracasos te desalienten, todo fracaso lleva en sí mismo la semilla del éxito.

¿Qué papel quieres representar en tu vida, el tuyo propio o el que te han asignado los demás?
 

Hasta la próxima, les deseo éxito en lo que emprendan.

Saludos

Jaime Borbolla